La fiesta ya es un clásico de los veranos vernáculos, y no sólo se afincó entre las preferencias locales sino que concentra a adeptos de diversas regiones que llegan cada enero para embriagarse de folklore, excelente gastronomía e inigualables paisajes cordilleranos. En esta edición con una promesa más que interesante, otro Récord Guinness piensan marcar con 1.011 chivos al asador para la culminación del gran evento del sur provincial.
La grilla de espectáculos será acorde a las circunstancias congregando en el escenario a grandes artistas del quehacer nacional como Soledad, Alejandro Lerner y el mendocino Cristian Soloa , y a muchos artistas locales. Tampoco faltarán las expresiones noveles que toman su espacio en el Concurso de Canto y Danza.
La X XIV Fiesta Nacional del Chivo y XV Fiesta Provincial del Cordero comenzó el 8 y continuará hasta el 17. La Exposición Caprina y Ovina, con numerosos productores locales y de otros sitios del país; el sector de comidas típicas en el que el chivo a las llamas, las empanadas, el chivi pan entre platos típicos, bien regados con Malbec (varietal que mejor acompaña al manjar malargüino) amenizan las actuaciones artísticas que se suceden cada velada. Artesanos y feria de pulgas, son parte ya integrante de la festividad que como cada año se lleva a cabo en el Predio Gaucho y Centro Cultural y Polideportivo Malal Hue.
Las entradas tienen un valor de $ 5 y pueden adquirirse en el mismo predio.
Noches folklóricas y días de aventura
Malargüe excede su propia festividad, sus atractivos citadinos y la variopinta propuesta de sus parajes naturales lo convierten en un destino vacacional con todos los condimentos para un verano inolvidable.
A través de excursiones con agencias de turismo locales o armando tours propios con amigos o familia, la idea es exprimir las horas de sol para destinar a la noche su sitial en el predio Malal Hue.
En el top five del departamento sureño, Caverna de las Brujas situada a 77 km de la ciudad de Malargüe ocupa su lugar sin dudas. En la ladera del cerro Moncol a 1.830 msnm. invita a conocer sus salas pobladas de estalactitas y estalagmitas de las más diversas formas, dimensiones y colores y por supuesto las columnas -producto de la unión de ambas- que ante la luz toman atractivos tonos.
La oscuridad y humedad reinante propia de una cueva, junto a las leyendas que los guías relatan mientras se transitan los espacios sitúa al viajero en un tiempo primordial. Por supuesto la referencia a las brujas es inevitable, antiguamente se decía que cada noche podían verse las figuras de las damas en pleno aquelarre. Muy cerca la cascada de Manqui Malal termina el paseo.
La Payunia y su paisaje desolado es otro de los hitos malargüinos. La zona que presentara actividad volcánica a fines del período Triásico dejó hacia nuestros días arenas negras, extrañas formaciones producto de explosiones y de la lava, entre pastizales duros que pintan un paraje futurista. A su vez los animales nos vuelven a la realidad y a valorar estas áreas. Guanacos, choiques, zorros, piches y liebres patagónicas, integran el listado de habitantes autóctonos.
Lo mejor es que tomando una excursión 4x4 es posible llegar hacia la caldera del volcán Payum Matru. Por la ladera Noreste del volcán se accede hacia el hoyo de 9 km de diámetro y a la laguna que se encuentra en su interior.
La impresionante Reserva de Llancanelo, rico humedal que preserva la vida de flora y fauna autóctona y migratoria -muchas aves como flamencos que allí anidan- es un verdadero regocijo para el alma y la vista. A 75 km de la villa cabecera, un imperdible.
Castillos de Pincheira, el camping que lo precede y el restaurante quizá sea uno de los paseos más buscados. La formación rocosa que sirviera de escondite para el bandolero Pincheira, y que parece una construcción medieval recibe a los viajeros tras cruzar un pequeño puente, luego hay que subir y descubrir las cavidades, sin olvidar la cámara de fotos. Por allí también es factible bajar en rafting con muy buena dosis de adrenalina.
La laguna de la Niña Encantada, el Pozo de las Ánimas, el Valle de Las Leñas y al final del sinuoso camino, Valle Hermoso bien pueden integrar otro día de exploración por las riquezas sureñas. En un mismo circuito todos los atractivos y más aún con las posibilidades de embarcarse en aventuras a caballo, en buggies o bucear en las alturas, tan sólo por nombrar ejemplos.
Pescar en el río Salado, en el Grande o en el Malargüe, es un buen desafío para los que buscan buenas piezas. En Valle Hermoso y en la zona de los ríos Cobre y Tordillo, los fanáticos de la mosca se adueñan de las orillas.
En la ciudad hay que dedicar algunas horas para conocer el Museo Regional, el Observatorio Pierre Auger y el Mercado Artesanal Monumento Histórico Molino de Rufino Ortega.